La cimentación es un elemento estructural que puede tener múltiples formas, pero su función principal es transmitir las cargas de una construcción directamente al suelo, distribuyéndolas de tal modo que la presión sea uniforme para prevenir hundimientos.
Existen varios tipos de cimentaciones que se clasifican en dos grandes grupos, esto depende de la profundidad a la que lleguen; pueden ser directas (superficiales) o indirectas (profundas), mismas que veremos a continuación.
Cimentación directa
Se considera cimentación directa a aquella que tiene una base mayor con respecto a la profundidad de la base. Son elementos superficiales que se apoyan en un área más extensa que la cota vertical.
Cimentación por zapata aislada
Estas cimentaciones trasladan todas las cargas concentradas a causa de elementos estructurales como columnas, pilares y demás. Se utilizan cuando el estudio de suelos ya ha confirmado que no habrá asentamientos variables. Las hay centradas, medianeras y esquineras.
Zapatas combinadas o corridas
Las zapatas corridas son aquellas que unen 3 o más castillos y soportan los muros de carga entre ellos. Por otro lado, la zapata combinada se encarga de soportar dos columnas o pilares, debido a que la separación no es suficiente para usar dos zapatas aisladas.
Zapatas medianeras
Se trata de zapatas aisladas que soportan cargas excéntricas (no centradas), son las que se colocan en el perímetro de una construcción, pero no en las esquinas como sucede con las zapatas esquineras.
Losas de cimentación
Esta losa es una plataforma que transmite las cargas de forma equitativa. Pueden llevar malla electrosoldada o armadura de varilla corrugada unida con alambre recocido para contrarrestar las cargas del terreno y la construcción.
Se usan cuando los terrenos son desiguales y de este modo se prevén asentamientos irregulares. También pueden utilizarse para edificaciones cuya superficie es pequeña en relación a su volumen, como sucede con depósitos y tolvas.
Cimentación de mampostería
Una cimientación utilizada en edificios antiguos, se realiza normalmente con piedra, pero también se pueden ocupar ladrillos o bloques que se unen utilizando mortero o concreto para crear una base para el muro.
Emparrillados
En este tipo de cimentación poco profunda, las zapatas corridas se unen de manera longitudinal y transversal hasta formar una rejilla. Sobre ella descansan todos los pilares y muros de carga.
Cimentación profunda
La cimentación profunda se ocupa para transferir las cargas al estrato de roca dura por debajo del nivel del suelo. Se consideran así cuando superan los 3 o 4 metros o cuando los cimientos tienen una gran profundidad en relación a su longitud.
Cimentación por pilotes
Se trata de una cimentación larga a modo de estaca que se clava en el suelo, puede ser de concreto o acero. Además, sirve para evitar el levantamiento de la estructura por cargas laterales causados por vientos fuertes o movimientos sísmicos. Principalmente la encontramos en edificios de gran altura.
Pilotes prefabricados
Los pilotes prefabricados, como su nombre lo indica, se tienen listos antes del inicio de la obra y se trasladan desde el sitio de su fabricación. Se instalan por medio del desplazamiento, que puede ser por vibración o por percusión a golpes de maza. Pueden ser de una sola pieza de gran tamaño o la unión de varios tramos.
Pilotes hormigonados in situ
Para lograr obtener pilotes hormigonados in situ, se realiza una perforación profunda en el terreno en el que se instalarán, posteriormente se rellena con un refuerzo de acero corrugado que es ahogado con un colado de concreto.
Muros pantalla
Es un tipo de cimentación profunda que se emplea en edificios de gran altura con el objetivo de reducir el riesgo de daño a construcciones aledañas. Su función es contrarrestar los empujes del terreno, prevenir su deformación y recoger las cargas verticales de la obra.
¿Cómo elegir el tipo de cimentación adecuada?
El tipo de cimentación se elige tomando en cuenta diferentes factores, siendo estos el tipo de terreno, el tipo de estructura y la interacción de la construcción con los edificios cercanos o colindantes. Finalmente se debe considerar también el presupuesto del desarrollador.
De igual forma, para elegir el tipo de cimentación es necesario realizar dos estudios muy importantes para conocer el tipo de terreno del que disponemos, así como las cargas que deberá soportar según el proyecto.
Estudio de cargas: Se debe realizar un análisis del peso de la obra (cargas muertas), el peso estimado del uso y ocupación de la edificación (cargas vivas, así como los movimientos accidentales, vientos, sismos, etc.) para poder conocer la distribución de estas cargas y el modo en que los esfuerzos se aplican al suelo.
Análisis de suelos: Este procedimiento permitirá conocer las propiedades mecánicas e hidráulicas del terreno, información con la que se podrá definir la ubicación de los estratos de apoyo y la colocación de los elementos que transmiten las cargas al suelo.
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