¿No sabes cuáles son los tipos de suelo que tiene el terreno donde vas a establecer los cimientos de tu obra? ¡No te preocupes! En este artículo te explicaremos de manera clara y concisa cuáles son los más comunes, qué características tienen y cómo podrían afectar a tu construcción. ¡Continúa leyendo y conoce más sobre este primer reto para tu próximo proyecto!
¿Qué es el suelo?
El suelo es un cuerpo natural heterogéneo conformado por horizontes de sedimentos no consolidados de partículas sólidas, que se apilan uno sobre el otro y se diferencian por su composición, color, estructura y consistencia.
En otras palabras, se trata de un conjunto de capas superpuestas que se forman a partir de la acumulación de diversos materiales no unidos entre sí. Cada sedimento es fruto de la alteración de las rocas y otros elementos a partir de los procesos terrestres y agentes ambientales a través del tiempo.
¿Cómo se clasifican los tipos de suelo?
El campo que aborda los tipos de suelo es bastante amplio debido a la complejidad del propio objeto de estudio. Al ser analizados desde la perspectiva de múltiples disciplinas, existe una nutrida variedad de clasificaciones de acuerdo con una u otra rama de interés. Por ejemplo, un enfoque geográfico se inclina por la composición de los suelos en función de sus usos para la agricultura y la ganadería.
Por otra parte la geotecnia, que es la rama de la ingeniería civil que se encarga del estudio de los diferentes tipos de suelos, analiza las propiedades físicas, químicas y mecánicas de los mismos, y presenta diferentes clasificaciones como resultado de este esfuerzo científico. Las más usuales son las siguientes:
- Clasificación por texturas: como su nombre lo indica, consiste en la taxonomía de los suelos por su consistencia y porcentaje de componentes.
- Clasificación ABC: agrupa los suelos conforme a su estabilidad para ser excavados según sus propiedades de cohesión y compresibilidad.
- Clasificación I, II y II: usa la blandura y dureza de los suelos para establecer una tipología.
¿Cuáles son los tipos de suelo?
Dentro del sector de la construcción, los expertos identifican los tipos de suelo valiéndose de los siguientes criterios: el color, la composición, la textura, la estabilidad, la cohesión, compresibilidad y cualidades para llevar a cabo una excavación a través del mismo. De esta manera es posible tomar decisiones con respecto a la profundidad, morfología y materiales que se utilizarán en una cimentación.
En este sentido, ahora te presentamos cada uno de los tipos de suelo y te hablamos sobre sus principales características según la clasificación usada en el ámbito de la construcción.
Suelos Arcillosos
Son amarillentos o rojizos con alto contenido de arcilla (45 %). Tienden a expandirse al retener el agua y a contraerse en ausencia de ella. Su textura blanda a menudo contiene abundante materia orgánica que puede llegar a dificultar su correcta compactación, por lo que tienen que ser excavados hasta encontrar tierra más apta para la construcción de los cimientos.
Dado su alto nivel de cohesión y compresibilidad son clasificados como suelos del tipo A según la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (Occupational Safety and Health Administration, OSHA). Esto significa que hay menos riesgo de un derrumbe durante su excavación. Asimismo, son conocidos como materiales del tipo I, es decir, que puede ser extraído con herramientas manuales. Para esta clase de tierras se recomienda el empleo de zapatas individuales.
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Suelos Arenosos
Se caracterizan por su aspereza y sequedad, además de contener un 70 % de arena, así como arcilla y otros materiales que pueden encontrarse mezclados por debajo del 15 %. Por lo regular, cuentan con una escasa capacidad de carga estructural, experimentan cambios con la actividad sísmica y son susceptibles a la erosión. En consecuencia, no son aptos para grandes edificaciones.
A causa de su bajo nivel de cohesión y compresibilidad, son clasificados como suelos del tipo C. Por otro lado, al comprender texturas semiblandas, son catalogados como materiales del tipo II, los cuales requieren tanto de herramientas manuales como pesadas para ser extraídos. En este contexto, se aconseja el empleo de cimentaciones de losa que permiten una repartición de cargas más uniforme.
Suelos Calizos
Esta clase de suelos nacen de la descomposición de la piedra caliza, por lo que tiene abundantes sales calcáreas y materiales de alta aridez que le confieren a la tierra un aspecto desmoronado y blanquecino. Poseen una estructura firme y estable que absorbe y retiene el agua, motivo por el cual no es necesario crear cimentaciones tan profundas.
Al presentar características cohesivas y de compresión similares a las de los suelos arcillosos, entran dentro la clasificación de suelos del tipo A. Del mismo modo, son conocidos como materiales del Tipo I, por lo que pueden ser excavados con herramientas sencillas. En casos como este, lo recomendable es emplear zapatas aisladas.
Suelos Limosos
Presentan una coloración cercana al marrón oscuro y están compuestos por partículas de grava, arcilla y arena fina. Se caracterizan por su escasa plasticidad y su pobre capacidad de cohesión, aspecto que los hace extremadamente frágiles e inestables. En caso de construir ahí, se aconseja hacer excavaciones profundas y rellenar con una generosa capa de tierra mejorada y roca.
Dada su elevada propensión a la filtración de agua y a su inestabilidad son considerados como suelos del tipo C. Por otro lado, sus cualidades para ser excavados los lleva a entrar dentro la clasificación de materiales del Tipo II. Para este entorno constructivo, lo aconsejable es valerse de una cimentación de concreto ciclópeo para las bases y los muros de la misma.
Suelos Orgánicos
Se definen por su coloración negruzca, textura esponjosa y su elevado contenido de material orgánico descompuesto, hecho que los hace idóneos para la agricultura. Sin embargo, son terrenos bastante malos para la construcción, ya que sus compuestos orgánicos generan hoyos durante su proceso de putrefacción, lo que resulta en una compactación irregular y de mala calidad.
Debido a su bajo nivel de compresibilidad, son considerados suelos del Tipo B, por lo que es necesario hacer excavaciones profundas y rellenar con roca y tierra mejorada para poder cimentar sobre ellos. Asimismo, por su extremada blandura entran en la clasificación de materiales del Tipo I. Para este tipo de terrenos se sugieren zapatas corridas y cimentaciones compensadas.
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Suelos Pedregosos
Se trata de suelos con formaciones rocosas que evitan la circulación del agua. Si bien su cohesión es baja y su compactación casi nula, son terrenos con una excelente estabilidad y capacidad de carga, características que los hacen idóneos para construcciones de gran envergadura. El único contra es que si está ubicado en el exterior, puede representar un reto para la excavación.
Sus propiedades plásticas los colocan dentro de la clasificación de suelos del tipo C. Del mismo modo, al tratarse de terrenos con extrema dureza son considerados materiales del tipo III, motivo por el que se requiere maquinaria pesada como retroexcavadoras equipadas con martillo, explosivos y químicos expansivos para zanjar. En este contexto, las zapatas individuales suelen ser las idóneas.
Estructura de los tipos de suelo
En un mismo terreno es posible encontrar diferentes tipos de suelo dependiendo de la profundidad a la que excavemos; esto se da, por lo general, en el siguiente orden: suelo orgánico (también conocido como humífero o tierra negra), arcilloso o limoso, arenoso, calizo y pedregoso. En el esquema que te ofrecemos a continuación, podrás apreciar la estructura de los tipos de suelo dentro de una misma área de trabajo.
¿Qué tipos de suelo predominan en México?
Según la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), la cual tiene un punto de vista geológico, existen 5 tipos de suelo predominantes que cubren casi las cuatro quintas partes del territorio mexicano: leptosoles (24 %), regosoles (18.5 %), calcisoles (18.2 %), feozems (9.7 %) y vertisoles (8.3 %).
Enseguida te presentamos una tabla con las equivalencias aproximadas entre estos y la clasificación de tipos de suelo que te presentamos anteriormente en este mismo artículo:
| SEMARNAT | En construcción |
|---|---|
| Leptosoles | Pedregosos |
| Regosoles | Arenosos, Limosos y Arcillosos |
| Calcisoles | Calizos |
| Feozems | Orgánicos |
| Vertisoles | Arcillosos |
Recuerda que un mismo terreno puede comprender varios tipos de suelo en distintos volúmenes, por lo que la relación establecida en la tabla no es exacta. Por ello, lo más adecuado es realizar un estudio completo de suelo antes de poner manos a la obra.
En conclusión, conocer los tipos de suelo que componen los terrenos donde planeamos construir es de crucial importancia, puesto que así podemos saber qué tipo de cimentación debemos configurar. Toma en cuenta que actuar sin conocimiento puede llevar a cometer errores que ponen en riesgo la integridad de la edificación y la de sus usuarios.
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