El cemento gris y el cemento blanco son materiales ampliamente utilizados en la industria de la construcción debido a sus sobresalientes cualidades; sin embargo, tienen características que los distinguen y que los hacen idóneos para diferentes proyectos y aplicaciones. A continuación te presentamos las diferencias principales entre ambos productos, con la finalidad de que puedas identificarlos fácilmente.
De esta manera podrás elegir con mayor facilidad el más adecuado para la obra que tienes en mente. Y recuerda, frente a cualquier tipo de duda, solicita la asesoría de un experto en la industria.
La primera diferencia entre ambos es evidentemente su color. En cuanto al cemento blanco, adquiere dicha tonalidad al estar compuesto por materias primas pobres en hierro, entre las que se encuentra la caliza, la cual, además, es de calidad superior.
Asimismo, el presenta diferencias en la temperatura de cocción, lo que se suma a un proceso de estabilización inmediata del clínker al salir del horno, ya sea por aspersión o inmersión de agua.
Aunque el necesita una mayor temperatura de quema en el horno y una molienda más intensa para lograr el tamaño adecuado de sus partículas, cuenta con las mismas propiedades que el cemento gris, por lo que puede emplearse en conjunto con otros materiales, como el acero corrugado.
Finalmente, en cuanto a sus diferencias más técnicas, el cemento blanco tiene mayor plasticidad y acomodación que el cemento gris, su demanda por metro cúbico es menor en la mayoría de las resistencias en una construcción, y presenta una reactividad superior, lo que incluye un incremento leve en el calor de hidratación.
La fortaleza de cada tipo de cemento depende de la calidad del producto adquirido, la forma en la que se prepara y el contexto específico en el que se aplica. Sin embargo, debido a que las partículas del son más pequeñas, .
